Por una cabeza de un noble potrillo
que justo en la raya afloja al llegar
y que al regresar parece decir:
no olvides, hermano,
vos sabes, no hay que jugar...
Por una cabeza, metejon de un dia,
de aquella coqueta y risueña mujer
que al jurar sonriendo,
el amor que esta mintiendo
quema en una hoguera todo mi querer.
Por una cabeza
todas las locuras
su boca que besa
borra la tristeza,
calma la amargura.
Por una cabeza
si ella me olvida
que importa perderme,
mil veces la vida
para que vivir...
Cuantos desengaños, por una cabeza,
yo jure mil veces no vuelvo a insistir
pero si un mirar me hiere al pasar,
su boca de fuego, otra vez, quiero besar.
Basta de carreras, se acabo la timba,
un final reñido yo no vuelvo a ver,
pero si algun pingo llega a ser fija el domingo,
yo me juego entero, que le voy a hacer.
Gardel/Le Pera, 1935